Una señora ópera

Andaban los compositores españoles del XIX muy preocupados por crear una ópera auténticamente española. Les dolía en lo más profundo el monopolio lírico de lo italiano. Los intentos que dejó tan noble empeño fueron más numerosos que los logros. Claro que hay óperas españolas excelentes, pero no deja de llamar la atención que, sobre todas ellas, brille una que nació como zarzuela de la pluma de un compositor que se fue a Italia porque aquí no encontraba la formación musical que estaba buscando.

Emilio Arrieta volvió a España con la aureola de operista. La cruda realidad de un público poco propicio lo inclinó a dedicarse a componer zarzuelas (Arrieta era extremadamente hábil para cambiar de chaqueta según soplara el aire). Marina le salió con tanto empaque que el tenor Enrico Tamberlick -otro italiano en la ecuación- le sugirió reformarla y convertirla en una ópera hecha y derecha, y como tal pasó al repertorio.

Un extraordinario trío vocal encabeza el reparto con el que Marina, la soñada ópera española que se mide sin complejos con sus contemporáneas de cualquier procedencia, llega al Teatro de la Maestranza. En escena, tres de los más grandes nombres de nuestra lírica en su mejor momento artístico: la soprano Sabina Púertolas, el tenor Ismael Jordi y el barítono Juan Jesús Rodríguez, extrayendo de la partitura de Emilio Arrieta todo su poderío y brillantez. Ópera grande hecha en España.

Ópera en tres actos de Emilio Arrieta
Libreto de Francisco Camprodón y Miguel Ramos Carrión, basado en el texto de la opéra-comique La Veillée (1831) de Paul Duport y Amable Villain de Saint-Hilaire
Estreno el 21 de septiembre de 1855 en el Teatro del Circo
Estreno como ópera el 16 de marzo de 1871 en el Teatro Real